Un subinspector de Policía Local aclarará ante el juez las presiones que recibió por inspeccionar el ‘Funky Buddha’ El juez Gómez Torres reactiva este martes con varias declaraciones testificales el caso por el que está imputado el concejal de Urbanismo, Pablo MoroEl juez Gómez Torres reactiva este martes con varias declaraciones testificales el caso por el que está imputado el concejal de Urbanismo, Pablo Moro

Imagen de la última reunión de la alcaldesa con mandos de la Policía Local de Marbella

Imagen de la última reunión de la alcaldesa con mandos de la Policía Local de Marbella

Un subinspector de la Policía Local declarará este martes, como testigo, ante el juez instructor del ‘caso Funky Buddha’, para aclarar las presiones que aseguró haber recibido, por parte de un superior, cuando en agosto de 2014 ordenó a una patrulla inspeccionar el polémico club de playa y levantó un acta relacionada con las obras ilegales que no paralizó el concejal de Urbanismo, Pablo Moro, principal imputado en este procedimiento penal.

Tal y como adelantó este medio digital el pasado 10 de diciembre, el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Marbella, Miguel Ángel Gómez Torres, acordó  citar al subinspector, así como al supuesto autor de las supuestas presiones al subordinado, un inspector, que también declarará como testigo este martes. Todo ello tras recibir un escrito del primero en el que relataba los hechos de los que fue víctima.

Fue el 4 de agosto cuando el subinspector envió a una patrulla tras detectar, in situ, el peligro que suponía para la circulación de automóviles y peatones la salida de este club de playa, también nocturno.

Los agentes enviados comprobaron que el establecimiento no disponía de permiso de apertura, ni tampoco de licencia de obras para la enorme piscina construida, según fuentes cercanas al caso consultadas por marbellaconfidencial.

Convertido en discoteca sin licencia para música

Al subinspector le llamó la atención que un responsable del  local presentara a los agentes un acuerdo de la Junta de Gobierno Local, fechado el 27 de julio, en el que se daba el visto bueno al club de playa, para actividades de restaurante, pero pendiente de un informe de Sanidad, cuando realmente se había convertido en una discoteca, sin permiso alguno para música.

Siempre según el escrito aportado al juez por el subsinspector, que ha dado pie a su declaración testifical de este martes, su superior le telefoneó para decirle que “estaba todo correcto” y pedirle explicaciones por haber ordenado a la patrulla inspeccionar.

Invitaciones para la inauguración del local

Se da la circunstancia de que el inspector entregó al subinspector unas invitaciones para el día de la inauguración del Funky Buddha Beach, que fueron rechazadas por éste, según su propio escrito dirigido al magistrado. Todos estos hechos deberán ser aclarados por los dos testigos.

También comparecerán este martes como testigo la administrativa Carmen Barrantes, funcionaria que elaboró los documentos (borradores y decretos) que Moro no firmó, y como imputado el empresario de la noche Juan Carlos Ferrero, uno de los responsables del ‘Funky Buddha’.

Hasta el momento han declarado ya como testigos casi una veintena de personas, entre ellos el concejal delegado de Obras, Javier García. Fue él quien sustituyó a Moro durante su periodo estival de vacaciones, cuando se produjeron algunos de los requerimientos para paralizar las citadas obras.

Sin duda, una de las declaraciones más comprometedoras para el concejal de Urbanismo ha sido la del inspector de Obras Manuel del Río. Este funcionario al que Moro trasladó de puesto tras sus informes declaró ante el juez que sobre las obras “tendría que haberse decretado un precinto de libro”.

 

Más información sobre el ‘caso Funky Buddha Beach’

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