Sánchez criminaliza la abstención al asociarla a la derecha: “si hay urnas vacías significará la involución” El presidente del Gobierno anima a los suyos en Málaga a "dar una gran lección a estos bloques de la involución" en alusión al centroderecha que representan juntos PP, Cs y Vox ;Susana Díaz augura que Ciudadanos "será el primero en romper el cordón sanitario contra el PSOE"El presidente del Gobierno anima a los suyos en Málaga a "dar una gran lección a estos bloques de la involución" en alusión al centroderecha que representan juntos PP, Cs y Vox ;Susana Díaz augura que Ciudadanos "será el primero en romper el cordón sanitario contra el PSOE"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes durante su intervención en el acto del PSOE celebrado en Málaga. FOTO/ @PSOEdeAndalucia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes durante su intervención en el acto del PSOE celebrado en Málaga. FOTO/ @PSOEdeAndalucia

“Si hay urnas vacías significará la involución, pero si hay urnas llenas…”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido cerrar su discurso de este lunes en Málaga con esta frase, al recrearse en la incertidumbre final, ilustrada por los puntos suspensivos, para ser interrumpido a propósito con aplausos.

Esta ha sido su idea fuerza para criminalizar la abstención y asociarla a la derecha, a ese bloque “de la plaza de Colón” que el PSOE estira como un chicle para referirse a PP, Ciudadanos y Vox en esta aún precampaña electoral.

Ante el viento de cola que tiene el PSOE, con todas las encuestas a favor, tanto a nivel nacional como en Andalucía, Sánchez ha animado a los suyos, más de un millar de asistentes en el hotel Barceló Málaga, a no relajarse.

Tiene fácil recordarles lo que pasó el 2 de diciembre, cuando muchos socialistas, unos 400.000, se quedaron en su casa sin ir a votar al PSOE-A: “habíamos ganado siempre, por eso es importante ganar y ganar bien, para gobernar y darles una gran lección a estos del bloque de la involución”.

Para Pedro Sánchez, que ha estado precedido en el uso de la palabra por su antaño adversaria, por no decir enemiga, Susana Díaz, “la frontera entre el futuro y la involución es el voto”.

Dentro del argumentario simplista de Ferraz, que el gobernante repite por toda la geografía para convencer a los indecisos, el día 28 de abril “sólo se dirimen dos opciones: una España en la que quepamos todos o la de estos tres de la Plaza de Colón”, ha dicho en tono despectivo sobre Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, encarnados como el apocalípsis para los socialistas.

Críticas a Albert Rivera por su “cordón sanitario” hacia el PSOE

Sánchez ha centrado una parte relevante de su intervención en atacar a Ciudadanos y a su líder, Albert Rivera, sabedor de que puede ganarle votos por el centro. Al menos a eso aspira el inquilino de Moncloa, una vez que está recuperando a marchas forzadas muchos de los sufragios que en su día se fueron a Podemos.

“El cordón sanitario se lo está poniendo Rivera no a los socialistas ni a mí, sino a todos los españoles que alguna vez han votado al PSOE”. El sucesor de Rajoy se ha preguntado en voz alta lo siguiente: “¿En qué democracia cree que vive el señor Rivera?”. A renglón seguido él mismo se ha respondido: “sólo en la que cree la gente conservadora”.

Minutos antes, durante su intervención, Susana Díaz le ha augurado a Pedro Sánchez que Ciudadanos “será el primero en romper ese cordón sanitario”.

Por lo que respecta al Partido Popular de Pablo Casado, con el que Sánchez ha sido bastante menos crítico que con Cs, le ha afeado al actual patrón de la derecha española que diga que “el PSOE ya no es constitucionalista” porque, para el jefe del Ejecutivo, “es una forma excluyente” de hacer política desde el principal partido de la oposición hacia La Moncloa.

Por lo que respecta a Vox, partido al que no ha nombrado por sus siglas en ningún momento, Sánchez ha afirmado algo obvio: “la ultraderecha siempre ha existido, lo que pasa es que antes votaba al PP”. Si de algo se jactó siempre José María Aznar es de haber logrado aglutinar a todo lo que había desde el centro hasta la antigua Fuerza Nueva de Blas Piñar, pasando por la Alianza Popular de los ultramontanos ‘siete magníficos’ que lideraba Fraga.

No han faltado unas pinceladas del tono bronco y faltón que a veces gasta quien quiere quedarse en La Moncloa después del 28 de abril: “esta derecha tiene más testosterona que neuronas”, ha dicho de PP, Cs y Vox. Un conglomerado que, a su juicio, “tiene más siglas que ideas”.

Sánchez dedica gran parte de su discurso a hacer bandera de sus políticas sociales, el feminismo y la lucha contra la violencia de género: “El dolor de una mujer, en su cuarto o en su casa, es el dolor del conjunto de la sociedad”.

Recado para Pablo Casado en este ámbito: “escuchamos al líder del PP hablar de violencia doméstica, o intrafamiliar, para justificar su apoyo a Vox”. A Sánchez, las tesis de ambos partidos le recuerdan a hace cuarenta años: “en esto no nos metamos, que es cosa entre marido y mujer”, ha expuesto al reproducir un imaginario episodio de hogar en el que sus residentes escuchan malos tratos a una mujer en la pared contigua y no la auxilian.

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