La alcaldesa considera un “acto normal” el respaldo municipal a la inmobiliaria de Gil Ángeles Muñoz se desentiende de haber autorizado al concejal de Comercio, José Eduardo Díaz, la asistencia y corte de cinta de Gilmar, pero justifica su asistencia como protocolariaÁngeles Muñoz se desentiende de haber autorizado al concejal de Comercio, José Eduardo Díaz, la asistencia y corte de cinta de Gilmar, pero justifica su asistencia como protocolaria

La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz (centro), junto a la edil Alicia Jiménez y el militante Sergio Gámez, integrantes del Comité Electoral del PP, este sábado en rueda de prensa. Foto/ marbellaconfidencial.es

La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz (centro), junto a la edil Alicia Jiménez y el militante Sergio Gámez, integrantes del Comité Electoral del PP, este sábado en rueda de prensa. Foto/ marbellaconfidencial.es

“Un acto normal por parte del equipo de gobierno”. De esta forma ha querido la alcaldesa, Ángeles Muñoz, restar cualquier importancia y minimizar el revuelo originado tras el respaldo municipal a la inauguración de la inmobiliaria Gilmar, propiedad del primogénito del fallecido Jesús Gil, Jesús Gil Marín.

Muñoz, que se ha sometido este sábado a las preguntas de los periodistas durante la presentación de la lista electoral del PP –tras negarse a hacerlo el pasado lunes en el Comité Local– se ha desentendido, por completo, de haber autorizado el Miércoles Santo la presencia del teniente de alcalde y delegado de Comercio, José Eduardo Díaz, en el polémico evento.

“Hay una cosa muy clara, yo no tengo que autorizar ninguna inauguración, evidentemente inaugura el dueño de un comercio, de una tienda y hasta ahí podíamos llegar”, ha argumentado la regidora a preguntas de este medio digital.

Primeras explicaciones diez días después 

En el marco de las que han sido sus primeras explicaciones –diez días después de los hechos– Muñoz ha argumentado que “en cualquier negocio que se abra es una práctica habitual que haya representación por cualquiera de los concejales”.

La presidenta del PP local ha precisado que “cuando se cursan las invitaciones desde el departamento correspondiente se envía al concejal del ramo, o al concejal de distrito, que en este caso era el mismo, el señor Díaz”.

Visiblemente incómoda y molesta por la pregunta, al considerar que el asunto “sólo le interesa a usted”, en alusión a este periodista, a pesar de la gran repercusión mediática  y la crítica unánime de la oposición, Muñoz ha detallado que Díaz “iba en representación, como un acto normal, del equipo de gobierno”.

Herederos de Gil y los 100 millones

Al ser repreguntada sobre si le parecía “normal” respaldar a los herederos del exalcalde Jesús Gil, que tienen pendiente una indemnización judicial a la ciudad de 100 millones (incluidos intereses), la alcaldesa ha presumido de las actuaciones municipales como acusación personada en los tribunales.

Tal y como hiciera la concejala Francisca Caracuel este martes, Ángeles Muñoz no cree que “haya un grupo político que pueda poner encima de la mesa una mejor gestión, en cuanto a recuperación de bienes que este gobierno”, ha dicho la alcaldesa en alusión a los populares.

Labor del PP como acusación personada

También ha querido recordar la labor “como Partido Popular” desde 2003, al haberse personado en diversos procedimientos por corrupción municipal, “con nuestros propios fondos y los del partido”, en alusión a las fianzas requeridas por los jueces a las acusaciones.

Muñoz ha mencionado el ‘caso saqueo 1’, desvelado por el diario El Mundo en octubre de 1999, por el que Juan Antonio Roca cumple condena, como ejemplo de un procedimiento penal donde “la  única acusación personada era el Partido Popular”, porque–ha criticado– “no estaba ni el Ayuntamiento de Marbella ni la Junta de Andalucía”.

1 Comment

  1. Gerardo Responder

    Saber con quién se relaciona el equipo de gobierno de Marbella es algo que interesa a la mayor parte de los ciudadanos con sentido crítico. El problema es que no nos enteramos del 99% de esas relaciones. Por eso, cuando dejan que se haga pública una como la del heredero de GIL (la alcaldesa aún no termina de comprender su trascendencia y simbolismo), uno no puede por menos que preguntarse cómo será lo que cuidan de ocultar.

    Si no fuera por los agravios comparativos que este tipo de actos suponen hacia otro tipo de empresarios, habría que fomentarlos. Ello permitiría que los votantes pertinaces del PP marbellí pudieran ir tomando conciencia de lo que hay instalado en nuestra ciudad.

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