Estafó 12 millones en joyas tras simular que eran para la mujer del expresidente de Congo Los hechos juzgados por los que ha sido condenada la acusada tuvieron lugar en Marbella durante 2005Los hechos juzgados por los que ha sido condenada la acusada tuvieron lugar en Marbella durante 2005

Imagen de la Ciudad de la Justicia en Málaga, donde se han juzgado los hechos

Imagen de la Ciudad de la Justicia en Málaga, donde se han juzgado los hechos  

La Audiencia de Málaga ha condenado a un mujer por estafar más de 12 millones de euros en joyas y relojes, haciendo creer a un joyero que eran para una fiesta que quería dar la esposa del expresidente de Zaire –hoy República Democrática del Congo–. Así, se le impone una pena de diez meses de prisión y pagar seis millones de euros como indemnización al perjudicado.

Según se declara probado en la sentencia, en 2005, el perjudicado, que se dedicaba a la compraventa de joyería y antigüedades, se encontró en París con el marido de la procesada –que falleció en 2015–, al que conocía desde hacía 30 años, y éste le dijo que la mujer del expresidente de Congo tenía una colección de diamantes que quería vender.

Varios meses después, señala la resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, el hombre invitó a la víctima a Marbella (Málaga) a conocer a la esposa del exmandatario y aunque las visitas se repitieron, no se llegó a ningún acuerdo ni llegó a conocerla. En abril del mismo año, volvió a llamarlo para decirle que la misma mujer necesitaba joyas y relojes para los invitados a una fiesta.

El mediador de esa operación era una persona que no ha sido identificada y que el hombre le presentó al perjudicado, al igual que a un supuesto abogado inglés, que está en busca y captura en esta causa al estar en ignorado paradero. Según la sentencia, la víctima presentó una colección de relojes a esa persona no identificada, a cambio de dos cheques.

Asimismo, el perjudicado entregó al hombre la mercancía solicitada en varias remesas, valorada en 12,4 millones de euros, dándole el supuesto abogado un carta en la que se comprometía a transferir 13,9 millones de euros por el pago de dichas joyas. Pero, dice la resolución, “esos cheques firmados resultaron impagados y las transferencias no llegaron a hacerse efectivas”.

En ese momento, la acusada que ahora ha sido condenada, esposa del hombre, realizó un manuscrito en el que reconocía haber recibido las joyas, “al tiempo que se obligaba a transferir al perjudicado la suma de 15 millones de euros” –cantidad en que se fija el perjuicio–. Además, al no recibir el dinero, éste fue a Marbella para ver al matrimonio, firmando la mujer dos cheques, que tampoco tenían fondos.

Todos los cheques “han resultado impagados”, sin que el perjudicado haya recuperado las joyas ni los relojes. El perjuicio sufrido por éste es del 40 por ciento del valor de la mercancía entregada, ya que el resto era de otras personas, que han sido indemnizadas por sus seguros. De ahí que se condene a la acusada a pagar seis millones de euros de indemnización.

Para la Sala, se trata de un delito de estafa, ya que la acusada y su marido fallecido engañaron “para obtener un desplazamiento patrimonial por parte del perjudicado”, de forma que consiguieron joyas y relojes “con la falsa promesa de abonar por los mismos la cuantía de 15 millones de euros y ello con la finalidad de obtener un beneficio económico ilícito”.

El Tribunal señala en la resolución que esos objetos “en ningún momento estaban destinados a ser facilitados a la mujer del expresidente de la actual República Democrática del Congo”, pues, añade, “no se acredita la realidad de la existencia de dicha señora, así como tampoco que los efectos estaban destinados a ésta”.

Por el contrario, sí se considera probado que el matrimonio aprovechó “la relación de confianza derivada de la relación de amistad de 30 años entre el hombre y el perjudicado para lograr que el mismo les facilite relojes y joyas, sin que en ningún momento exista intención de abonar por las mismas la contraprestación económica acordada”.

La Sala aplica la atenuante de dilaciones indebidas, como muy cualificada, ya que el procedimiento se inició en 2005 y el juicio fue en 2016, lo que supone más de once años, plazo que “resulta excesivo y poco razonable”, aun teniendo en cuenta que la causa sea compleja en cuanto a la investigación.

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