El incierto futuro político de Ángeles Muñoz OPINIÓN.-La alcaldesa de Marbella, una de las personas más cercanas al defenestrado Javier Arenas, fue propuesta por Soraya Sáenz de Santamaría para formar parte de su Ejecutiva, poco antes de la votación que designó a Casado ;La todavía portavoz adjunta del PP en el Senado apostó muy fuerte por la exvicepresidenta del Gobierno de Rajoy y volcó el PP local a su favor ;Muñoz vive estos días un momento especialmente delicado, sin puesto en Génova, donde ya no estará su padrino y mentor político, Javier Arenas, y con los 'fantasmas' del pasado que regresan convertidos en lindes y terrenos a caballo entre Benahavís y MarbellaOPINIÓN.-La alcaldesa de Marbella, una de las personas más cercanas al defenestrado Javier Arenas, fue propuesta por Soraya Sáenz de Santamaría para formar parte de su Ejecutiva, poco antes de la votación que designó a Casado ;La todavía portavoz adjunta del PP en el Senado apostó muy fuerte por la exvicepresidenta del Gobierno de Rajoy y volcó el PP local a su favor ;Muñoz vive estos días un momento especialmente delicado, sin puesto en Génova, donde ya no estará su padrino y mentor político, Javier Arenas, y con los 'fantasmas' del pasado que regresan convertidos en lindes y terrenos a caballo entre Benahavís y Marbella

La alcaldesa de Marbella y senadora, Ángeles Muñoz, junto al senador Javier Arenas en imagen de archivo, durante un acto de campaña de las municipales de 2015. FOTO/ MC

La alcaldesa de Marbella y senadora, Ángeles Muñoz, junto al senador Javier Arenas en imagen de archivo, durante un acto de campaña de las municipales de 2015. FOTO/ MC

En menos de una hora, y con dos mensajes en Twitter de por medio, Ángeles Muñoz pasó de contar con un puesto asegurado en la Ejecutiva del PP, que proponía para ella Soraya Sáenz de Santamaría, a quedarse sin nada en Génova 13, tras la victoria de Pablo Casado.

El relato del que fue uno de los días más aciagos en la intensa y dilatada vida política de esta cordobesa de 58 años, médico de profesión, arranca pasadas las 10:30 horas del sábado 21 de julio. En la gigantesca sala de prensa habilitada para seguir el 19 Congreso del Partido Popular, en el madrileño Hotel Marriott Auditorioum, “con cierto aire soviético”, en palabras de Pepe Oneto, a pesar de ser una cadena norteamericana, el silencio es absoluto. Soraya Sáenz de Santamaría lee ante el plenario, después de usar el famoso abanico rojigualda, la lista de personas que propone para que la acompañen si sale triunfadora. Es a las 10:35 cuando Marbella Confidencial lanza en su cuenta de Twitter una alerta urgente, con el nombre de la alcaldesa de Marbella, después de ser pronunciado por Santamaría.

No es hasta las 13:31, en plena votación, cuando el community manager que gestiona la cuenta en Twitter de la alcaldesa, un asesor y compromisario ‘sorayo’ que no destaca especialmente por la inmediatez en las redes sociales, pero muy bien remunerado, lanza este tuit:  “Gracias @Sorayapp por nombrarme miembro de tu lista al Comité Ejecutivo Nacional. Es un orgullo formar parte de tu equipo!! #19CongresoPP”.

La votación prosigue, el asesor en redes de la alcaldesa, que maneja indistintamente la cuenta personal de la senadora, la del PP local y la del Ayuntamiento de Marbella, que para eso tiene un sueldo municipal como cargo de confianza, lanza otro tuit en nombre de Muñoz, “¡Enhorabuena @pablocasado! Ahora nos toca trabajar por la unidad del Partido y de España. #19CongresoPP!”. Son las 14:21 y el sueño de alcanzar la gloria de Génova junto a Santamaría, para ocupar una plaza entre los elegidos por la exvicetodo se ha esfumado.

 

En este par de mensajes se resume a la perfección lo poco que duró la alegría de Muñoz y, por contra, su elegancia y señorío a la hora de felicitar al ganador, tras ser derrotada. Nobleza obliga. Todo ello después de volcar el partido en Marbella al servicio de Santamaría, Javier Arenas, Antonio Sanz y todo el clan ‘sorayo’. De hecho, este medio digital fue el primero que informó en exclusiva acerca de que el PP marbellí cerraba filas con la heredera de Mariano Rajoy.

A Marbella no vino otro candidato que no fuera ‘Sora ya’, como decía su lema de campaña. María Dolores de Cospedal, enemiga de Arenas y por ende de Muñoz, pasó de largo en su camino hacia Estepona. Contempló Marbella desde la autopista de peaje, después de un encuentro con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Por esta ciudad, la quinta de Andalucía, tampoco pasaron el exministro José Manuel García Margallo, quien sí fue a Estepona, y mucho menos Pablo Casado. De Joserra García Hernández y Elio Cabanes mejor ni hablamos. Ni estaban, ni se les esperaba. Todos los citados tenían claro que esto era un coto privado de Ángeles Muñoz, destinado encumbrar  a ‘Sora ya’ como reina del centro derecha español y futura candidata a La Moncloa.

La ausencia de Casado en Marbella

Las fuentes de la candidatura de Casado con las que ha hablado este medio digital aseguran que quien fuera brazo derecho de  Ángeles Muñoz en la Alcaldía, como coordinador de Hacienda y Personal, Carlos Rubio, responsable de la campaña del diputado palentino en Málaga, sopesó la idea de montar un acto para él en Marbella. Hubiera sido una buena oportunidad para dejar alguna puerta abierta al rival de la preferida de la dirección andaluza, en caso de derrota. Rubio descartó la idea de traer al parlamentario por Ávila, porque no encontró apoyo alguno. Marbella fue un desierto ‘sorayista’ en el que no merecía la pena venir a predicar.

El mensaje que trasladaban en privado algunos compromisarios de Marbella era el siguiente: “Vamos a votar todos a Soraya, por lealtad a Ángeles Muñoz”. A ella le deben todo. Ser concejales y diputados algunos, tener cargos de asesores otros.

Las caras de los fieles y disciplinados compromisarios ‘sorayistas’ de Marbella, al subirse al AVE de vuelta a Málaga, eran un poema, como el rostro desencajado de Javier Arenas, con quien coincidí a bordo de ese convoy cargado de políticos derrotados. Todos pretendían seguir viajando al centro, el eterno trayecto de Arenas en Andalucía. Sin embargo, retrocedían en un giro drástico a la derecha, la de Casado, en un túnel del tiempo con destino y final de estación casi en la casilla de salida de aquella Alianza Popular de Fraga.

La alcaldesa de Marbella y todavía portavoz adjunta del PP en el Senado, Ángeles Muñoz rodeada de todos los compromisarios del PP marbellí que acudieron al 19 Congreso Nacional, el pasado 20 de julio. FOTO/ Twitter @AngelesMunoz_

Volcada en la Alcaldía como refugio 

Desde la celebración del cónclave conservador en Madrid, Muñoz se ha volcado en la Alcaldía como refugio y consuelo. No estuvo en la comida de diputados y senadores para despedir a María Dolores de Cospedal este miércoles. Es público y notorio que la relación entre ambas no era precisamente buena, paralela a la enemistad entre la rival de Soraya y Arenas.

Huelga decir que Muñoz está muy preocupada. Su futuro, ya de por sí incierto tras la victoria de Casado, ahora lo es más, despojado Arenas de sus galones de general en el Senado y en Génova y, por consiguiente, todo el ‘arenismo’ andaluz, al que pertenecía quien comenzara su carrera política en Benahavís, como concejala, en 1995.

Durante la legislatura de ‘la pinza’ en Andalucía (94-96) Muñoz fue una efímera parlamentaria andaluza, porque al ganar Aznar en el 96 Arenas pensó en ella para ser directora general de Migraciones. Lo que vino después es de sobra conocido: diputada, de nuevo parlamentaria andaluza, alcaldesa de Marbella, presidenta de la FAMP y portavoz adjunta del PP en el Senado. Ahora será senadora rasa, con lo que ello implica también en lo económico, que se lo digan a Arenas.

Los fantasmas del pasado vuelven

Estos días, por si las preocupaciones no fueran pocas para Muñoz, resuena de nuevo con fuerza un viejo fantasma del pasado: el famoso ‘caso lindes’, su mansión, sus terrenos en el límite entre Benahavís y Marbella, su afán por modificar la linde entre ambos municipios por “intereses personales”, según la oposición. Un asunto que, tal y como recordaba este jueves con muy buen tino el coordinador local de Ciudadanos, Paco Gómez Palma, le costo a ‘Titi’, como él la llamó siempre cuando eran compañeros del PP, la mayoría absoluta en las elecciones municipales de 2015.

Es cuestión de días, por no decir horas, que el nuevo y flamante portavoz del Senado, Ignacio Cosidó, exdirector general de la Policía Nacional, nombre a un portavoz adjunto, cargo actual de Ángeles Muñoz. El panorama es sombrío para la alcaldesa y, tras jugarlo todo a una carta, ahora sólo le queda tener un buen resultado en 2019 y poder seguir al frente del Consistorio, presumiblemente en coalición con Cs, o bien con su socio actual (OSP).

Al ya de por sí tortuoso camino que afronta Muñoz, una política rocosa que se crece ante la adversidad, se suman los frentes judiciales: el ‘caso PGOU’, que podría llevarla a tener que declarar en el Supremo,como aforada, en una situación similar a la que podría afrontar Casado en el ‘caso master’, así como el llamado ‘caso altos cargos’, por los contratos de alta dirección de personas del PP en el Ayuntamiento de Marbella.

Ahora, a diferencia de lo que hubiera ocurrido con Santamaría y Arenas en Génova, la flamante dirección mirará con lupa cualquier paso que dé Muñoz. Ella afronta un ‘match ball’, pero como dicen sus mayores adversarios políticos, con admiración, “nunca hay que darla por muerta políticamente”; algo en lo que coinciden todos los analistas al hablar de Arenas. Caminos, vidas, éxitos y fracasos paralelos. Suerte a los dos.

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